domingo, 16 de octubre de 2011

Herramientas para perpetuar la estupidez

Imagínese que al gabinete con influencia para estas cosas se le ocurre que la gente debe de beber lejia si o si, que es buena para la su salud, necesaria y deseable. Pero entonces se encuentran con que en los medios aparecen noticias de personas intoxicadas que son ingresadas en el hospital, añadiendo ademas que se han intoxicado por beber lejia. Y claro las personas empiezan a darse cuenta de que beber lejia es malo y que eso de que deban de ingerirla es una tomadura de pelo. Entonces el gabinete en cuestión, en vez de tomar los datos como significativos como para dejar la política pro bebida de lejía, en una fulguración Orweliana, se les ocurre que las noticias deben de omitir el nombre de la bebida cuando se producen intoxicaciones. Para que la gente no sepa si se debe a la lejía o al agua de grifo. No solo eso, si no que lanzando campañas pro lejia y concediendo beneficios fiscales a su consumo. 
Por tanto la lejía sigue "refrescando" los gaznates, causando estragos, engañada la población en  un dogma que es falso de cabo a rabo, ayudando incesantes la perpetuación en el tiempo de la costumbre. Y los medios terminan siendo tan responsables de la catástrofe como aquellos que promueven esta falsedad científica, por su omisión de presentar al publico la realidad de las cosas.

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